Una vez un hombre llamado David escribió:
¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos, para guardar tus estatutos! (Salmo 119:5.)
Muchas veces creemos que debemos estar bien para buscarle o entregar nuestra vida completamente al Él, por temor a ser rechazados o avergonzados, por el estado de nuestra vida. Luchamos todos los días, por arreglar algo de nuestro interior, y lo que logramos es coleccionar fracasos día tras día.
a Él no le importa tu condición, Él ve el trabajo que tiene que hacer en tí. No importa el estado en que te encuentres, HOY hay oportunidad para ti, solo trae ante su Presencia tu Corazón, y permite que Él lo repare como debe ser; no como tu quieres y en la forma que tu decides; sino como Él ya lo determinó.
¿Cómo hacer esto? A SOLAS CON ÉL, búscale aunque no tengas nada que decir, escoge tu el momento y se sincero con Él.
¿Con qué limpiará el joven su camino?
CON GUARDAR SU PALABRA. Salmo:119:9
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